Cómo saber si la carne está mala: consejos y precauciones

La carne es uno de los alimentos más consumidos en todo el entorno y es una fuente importante de proteínas y nutrientes. Sin embargo, es crucial asegurarse de que la carne que consumimos esté en buen estado, ya que la carne mala puede causar enfermedades alimentarias graves. En este artículo, te explicaremos cómo saber si la carne está mala y qué medidas puedes tomar para evitar el consumo de carne en mal estado.

Índice
  1. Cómo huele la carne en mal estado
  2. Factores que afectan a la frescura de la carne
  3. Refrigeración y envasado de la carne
  4. Almacenamiento y manipulación de la carne
  5. Contaminación química
  6. El color de la carne

Cómo huele la carne en mal estado

Una de las formas más comunes de determinar si la carne está mala es a través del olor. La carne fresca no tiene un olor fuerte ni desagradable, por lo que si percibes un olor agrio o desagradable al acercarte a la carne, es probable que esté en mal estado. Este olor puede ser similar al olor de la leche agria. Tener en cuenta que la carne fresca, al igual que el pescado fresco, no tiene olor.

Existen varias razones por las que la carne puede estropearse, como una manipulación inadecuada del animal vivo, una matanza poco limpia, un almacenamiento incorrecto, una refrigeración insuficiente, una mala manipulación o un empaquetado incorrecto, entre otros. Por lo tanto, es esencial comprar siempre carne en una fuente de confianza para reducir el riesgo de consumir carne en mal estado.

Factores que afectan a la frescura de la carne

Tener en cuenta que la frescura de la carne no solo depende de cómo se maneje después de la compra, sino también de las condiciones previas al sacrificio del animal. Factores como la alimentación del animal, su raza, su edad y su estado de ánimo pueden influir en la calidad y la duración de la carne. Un animal estresado o que no ha tenido una buena vida puede producir una carne dura y sin sabor, que no durará mucho en la nevera.

Además, la manipulación de la carne una vez sacrificada también juega un papel importante en su frescura. Es importante evitar la contaminación de las piezas durante el desollado y mantener las superficies lo más limpias posible.

Refrigeración y envasado de la carne

La refrigeración adecuada es esencial para mantener la frescura de la carne. Los frigoríficos de las carnicerías deben controlar constantemente la temperatura, la humedad y el flujo de aire para evitar que la carne se estropee rápidamente. Dependiendo del tipo de carne y de la especie, las canales se refrigeran antes de ser cortadas.

Una vez cortada y deshuesada, la carne se sella al vacío para prolongar su vida útil al eliminar el oxígeno del envase. Al abrir un envase sellado al vacío, es posible que se perciba un olor leve a huevo podrido, debido al proceso de envasado al vacío. Sin embargo, este olor suele desaparecer en menos de una hora.

Almacenamiento y manipulación de la carne

Como consumidor, tener precaución al manipular y almacenar la carne en casa. Es recomendable llevar una bolsa refrigerante cuando se compra carne y transferirla a la nevera lo antes posible. La carne picada debe consumirse en las 24 horas siguientes a la compra o guardarse en el congelador para su uso posterior.

Es fundamental no interrumpir la cadena de frío desde el sacrificio hasta el consumo para evitar que la carne se estropee. En un hogar normal, el frigorífico doméstico se abre y se cierra constantemente, por lo que tener en cuenta el tiempo que la carne pasa en el frigorífico antes de su consumo. Si no se va a consumir en los próximos días, se puede optar por cocinarla o congelarla. Es recomendable marcar siempre la fecha de congelación en el envase para asegurarse de utilizar la carne congelada antes de que pase demasiado tiempo en el congelador.

Para almacenar la carne en casa, se puede utilizar el envase en el que se compró, respetando siempre la fecha de caducidad. Sin embargo, el plástico no es el mejor envase para la carne fresca, ya que puede hacer que se forme una película viscosa en la carne. Es más recomendable utilizar papel de hornear o papel antigrasa para envolver la carne, ya que permite que respire. Además, es importante guardar la carne fresca en la parte inferior del frigorífico para evitar que gotee sobre otros alimentos listos para comer.

Contaminación química

Si la carne huele a productos químicos, es recomendable devolverla a la tienda donde se compró para que la cambien. La carne fresca no se prepara con productos químicos, por lo que un olor a productos químicos indica que algo se ha derramado sobre el producto. Además, tener en cuenta la presencia de productos químicos de limpieza u otros productos químicos en las proximidades al comprar y almacenar la carne.

El color de la carne

El color de la carne no siempre es un indicador confiable de su frescura. Cuando la carne se corta, tiene un color rojo brillante que se desvanece cuando se expone al oxígeno. Algunas veces, la carne sin envolver puede tener un color más oscuro que la carne envasada en plástico. Además, si los filetes están apoyados unos sobre otros, las superficies que se tocan pueden decolorarse.

Tener en cuenta que la carne envasada al vacío puede tener un color entre marrón y morado debido a la falta de oxígeno en el envase. Sin embargo, esta carne es perfectamente comestible y suele durar más que la carne sin envolver.

Es fundamental saber cómo determinar si la carne está mala para evitar enfermedades alimentarias. El olor agrio o desagradable, la manipulación adecuada del animal vivo y de la carne una vez sacrificada, la refrigeración y el envasado correctos, el almacenamiento adecuado y la atención a la cadena de frío son factores clave para asegurarse de consumir carne fresca y segura.

Recuerda siempre comprar carne en una fuente de confianza y seguir las pautas de manipulación y almacenamiento adecuadas para evitar riesgos para tu salud y la de tu familia.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a Cómo saber si la carne está mala: consejos y precauciones puedes visitar la categoría Alimentación.

Subir