Las bacterias que contaminan la carne pueden generar problemas intestinales que cursan con cuadros clínicos severos. A veces, requieren hospitalización. Es importante conocer los microorganismos potencialmente peligrosos y cómo evitar que se reproduzcan en los alimentos de consumo habitual.
¿Por qué se puede contaminar la carne?
Las bacterias que contaminan la carne se encuentran normalmente en la superficie del alimento y pueden llegar ahí por múltiples mecanismos. Uno de ellos es el contacto con las vísceras del animal, donde se encuentra la microbiota. A partir de aquí, se genera un crecimiento que conlleva la colonización. Otra causa común es la contaminación cruzada con cualquier otro producto con el que tenga contacto el alimento en el contexto industrial o durante la preparación de los platillos en el hogar.
Además, la contaminación no siempre se produce directamente por contacto con microorganismos. Las esporas que se depositan en la carne pueden eclosionar cuando las condiciones ambientales son óptimas. Estas esporas son muy resistentes a los cambios de temperatura, lo que dificulta su exterminación. Si se congela la carne y luego se deja a temperatura ambiente, las esporas pueden activarse nuevamente y desarrollar el microorganismo patógeno.
Bacterias que contaminan la carne
A continuación, se presentan las principales bacterias que contaminan la carne:
Escherichia coli
Esta bacteria es característica de la superficie de las carnes rojas. Es especialmente peligrosa en las carnes picadas, ya que el procesado implica que toda la pieza alimenticia entra en contacto con el microorganismo. La ingestión de estos patógenos puede generar problemas intestinales, como diarreas, gases, dolores, vómitos e incluso fiebre.
Salmonella
A pesar de ser una bacteria característica de la mayonesa y los huevos, también se puede encontrar en muchas carnes. El cocinado normalmente la destruye, por lo que se recomienda que el producto alcance una temperatura de al menos 65 grados centígrados en su interior antes de ser consumido. La salmonella puede generar un cuadro clínico basado en molestias intestinales e incluso fiebre alta.
Staphylococcus
Es menos frecuente que las dos anteriores, pero también puede desarrollarse en la superficie de las carnes. Tanto las rojas como las blancas son susceptibles a albergar esta bacteria. El principal problema de este género de bacterias es su resistencia a varios tipos de antibióticos distintos. Esto complica su tratamiento y puede generar una sobredemanda hepática en algunos casos.
¿Cómo evitar la contaminación de la carne?
Para evitar el crecimiento de las bacterias que contaminan la carne, es preciso seguir una serie de normas de higiene alimentaria. La primera de ellas es no romper la cadena de frío, ya que temperaturas semi cálidas pueden generar el crecimiento de las mismas. El congelado es el mejor modo de conservación de los alimentos, ya que destruye muchos patógenos y reduce el riesgo de intoxicación.
A la hora de descongelar el producto, se recomienda hacerlo en el frigorífico o directamente en la olla en el caso de los alimentos pequeños. Nunca se debe dejar a temperatura ambiente. También es importante lavar bien los utensilios antes de manipular alimentos diferentes, sobre todo si estos están crudos. Utilizar el mismo cuchillo para todo podría ser un posible vehículo de contaminación.
El consumo de carne tiene un impacto significativo en el medio ambiente. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el 14,5% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el ser humano se deben a la ganadería. Esto se debe a la emisión de gases dañinos para el clima, como el metano y el óxido nitroso.
La producción de carne contribuye de forma significativa a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre, casi tanto como el transporte mundial. Gran parte de estas emisiones se producen durante la producción de piensos y a través de la fermentación en el proceso de digestión de los animales.
Reducir o renunciar al consumo de carne puede ayudar a reducir significativamente la contribución personal a la crisis climática. La simple sustitución de la carne de vacuno por otros tipos de carne ya evitaría grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Además, la producción mundial de carne también contribuye a la destrucción directa del medio ambiente.
Las bacterias que contaminan la carne pueden generar problemas de salud graves. Es importante seguir normas de higiene alimentaria para evitar su crecimiento. Además, el consumo de carne tiene un impacto significativo en el medio ambiente, contribuyendo a las emisiones de gases de efecto invernadero. Reducir o renunciar al consumo de carne puede ayudar a mitigar este impacto y contribuir a la sostenibilidad ambiental.
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